Un gran número de clientes nos pregunta cómo saber cuándo las pastillas y los discos de frenos están gastados y deben de ser sustituidos. Aquí 👇🏻 os lo explicamos.

Pastillas de freno

En primer lugar vamos a explicar la estructura de una pastilla de freno. Las pastillas de freno están compuestas de una placa base que puede ser, bien de aluminio, bien de acero, titanio… o las de última generación, de carbono. En ocasiones también pueden llevar añadidas unas estructuras para disipar el calor. En nuestra opinión, las bases de aluminio, además de ser más ligeras, disipan mejor el calor resultante de la fricción del frenado.

Sobre esa placa base, va adherido el “ferodo” que es el material que está en contacto con el disco y que interviene directamente en el proceso de frenado. En los ferodos se utilizan multitud de formulados diferentes según los fabricantes, el uso que se va a dar a la bici,…  Principalmente podemos destacar dos tipos, los metálicos también llamados sinterizados y los orgánicos o de resina.

Los metálicos suelen durar más, sobre todo en condiciones de humedad y barro pero suelen ser más ruidosos. Por el contrario, los orgánicos duran algo menos en esas condiciones pero son más silenciosos. Finalmente, hay que mencionar el muelle que mantiene las pastillas separadas del disco y un bulón o pasador que las mantiene unidas a la pinza de freno.

En la foto 👆🏻 se puede observar la misma pastilla nueva y otra con el ferodo gastado dónde se aprecia que el muelle de separación ya está a punto de entrar en contacto con el disco de freno. Esto es lo que nos va a ayudar a saber si las pastillas están listas para ser cambiadas o por el contrario podemos seguir utilizándolas.

Discos de freno

En cuanto a los discos de freno, para comprobar si un disco esta gastado, mediremos con un calibre y lo compararemos con el espesor mínimo recomendado por el fabricante