Siguiendo al pie de la letra la definición de la RAE para la palabra viajar, en Horizontes hemos realizado nuestro viaje familiar de verano en diferentes vehículos y medios de locomoción. Primeramente conduciendo una furgoneta para atravesar Europa rumbo a Italia con parada en los Pirineos, Finale Ligure y llegar a nuestra casa por unos días en el lago di Garda para continuar después subidos en barcos, vaporetos y trenes de alta velocidad explorando el mismo lago o ciudades tan fascinantes como Venecia.

Disfrutamos también de los teleféricos en los Dolomitas y de lugares tan agrestes como La Grave, en el corazón de los Alpes franceses. Todo ello para acabar montando en estos increíbles destinos con una bicicleta color turquesa que resultará bastante conocida por aquí: una Yeti SB140.

Creemos que agosto no es un buen momento para hacer viajes con clientes y este año ha sido el mes en el que a la familia nos ha quedado más tiempo libre; así que empezamos las vacaciones estivales en el reino de Navarra, visitando la verde sierra de Urbasa con su profundo contraste debido a los cercanos y áridos campos de Estella.

En este escenario aprovechamos para hacer algo de “gravel” y a la vez empezar a disfrutar de la Yeti en los cuidados senderos de Izkue con sus cientos de curvas perfectamente peraltadas por los “trail builders” locales. Dejamos atrás Navarra y pusimos dirección al macizo central de Pirineos franceses haciendo una parada en el impresionante circo glaciar de Gavarnie y en el pueblo de Luz Ardiden, situado en las inmediaciones del mítico Tourmalet, Ambiente alegre, mercados al aire libre y muchas pero que muchas bicis nos encontramos en estas montañas que a los pocos días nos vieron partir porque aún nos quedaban muchos kilómetros que recorrer.

Cruzar Francia conduciendo en plena ola de calor europea es ardua tarea pero el destino, Finale Ligure, bien lo vale. En esta localidad, villa icónica de los Alpes marítimos en la Liguria italiana y sede de las “EWS”, nos quedamos boquiabiertos al ver como las montañas bajan hasta el mismo mar, creando un entorno espectacular.

Solo tienes que ver algunos de los videos de los “highlights” de las “EWS” sobre este “spot” para hacerte una idea de este paraíso para las dos ruedas dónde conviven playa y montaña y puedes disfrutar de senderos intrincados y subidas con bastante desnivel, destacando el mítico y técnico DH Uomini que te saca del bosque y te deja a los pies del mediterráneo tras una buena dosis de adrenalina. Este lugar es totalmente “bike friendly” y los remontes están muy bien organizados por las empresas locales. Por supuesto, si quieres subir a golpe de pedal, tampoco hay problema. Después de unos días de disfrute y de intenso “riding” en Finale continuamos nuestro viaje por Italia hasta llegar a la siguiente parada: lago di Garda.

El lago di Garda es el lago más grande de Italia y en su zona norte tiene unas montañas espectaculares que suben prácticamente desde el nivel del mar hasta 2000 metros de altura. Aquí pasamos poco más de una semana alojados en una típica villa italiana al sur del lago. Para abrir boca, rodamos en unos bonitos “singletracks” por rocca di Manerba, una reserva natural cercana a nuestro lugar de descanso. Aprovechamos estos días para recuperar fuerzas, hacer algo de turismo y visitar Venecia, donde no hay bicis pero el misterio de una ciudad tan singular nos acabó de enamorar.

Durante estos días y, aprovechando la línea de ferrys, vimos muchos de los históricos pueblos del lago y nos movimos hacia Riva di Garda, donde nos esperaban unos senderos que tardaremos mucho tiempo en olvidar. Llegar a Riva en barco, entre esas montañas, avistando esas clásicas construcciones medievales italianas es como estar en un cuento. Y si encima le añades un montón de bicicletas rodando por el pueblo y algunos de los senderos más técnicos del mundo enseguida te das cuenta que es un sitio que no querrás abandonar.

Una vez montado en la bici me dirigí a golpe de pedal hasta el monte Creino para descender el mítico sendero “Naranch trail”, donde las ruedas 27.5 de nuestra Yeti  SB140 echaban humo en un “singletrack” duro, exigente y vertical. Sí, ya sé que probablemente las ruedas de 29” corran más y actualmente copen gran parte del mercado, (no seré yo quien critique sus bondades), pero la SB140 está tan bien resuelta y me resulta tan equilibrada que, para mi modo de conducción no excesivamente rápido, pero si medianamente ágil y técnico, donde me gusta conducir y sentir la tierra, esta bici resulta ser un compromiso perfecto entre diversión y rendimiento.

Los cambios de dirección se suceden a la velocidad de la luz en este modelo y no olvidemos que la marca de Colorado además de la SB140 presenta también la SB165 con ruedas de 27.5 en su catálogo, ¿quizás las dos bicis más divertidas y manejables de Yeti? Opinen ustedes, yo ahí lo dejo…

Con los impresionantes paisajes del norte del Garda aún en la retina y la exigencia de sus senderos todavía ardiendo en nuestras piernas continuamos nuestro “road trip” hacia el norte. Esta vez poniendo rumbo a los dolomitas. Algunas personas han catalogado estas montañas como las más bellas del mundo y pronto íbamos a comprobar que esta afirmación no resulta nada exagerada. Amplios valles de un verde radiante rotos por descomunales moles calcáreas nos dieron la bienvenida en Val Di Fassa, ¿nuestro destino? Canazei, otra sede de las “EWS” donde pasamos unos días disfrutando de una naturaleza de belleza singular y sendas espectaculares.

Los senderos de Canazei están a medio camino entre bajadas naturales y líneas de “bike park”. Toda la zona esta comunicada por teleféricos y el pueblo, construido totalmente en madera, cuenta con todo tipo de servicios. No es un lugar aislado y quizás se pierde un poco la esencia del MTB de aventura pero a cambio tenemos horas y horas de “riding” donde puedes encontrar senderos de corte natural, vistas inolvidables o líneas del estilo “north shore” canadiense como “electric line” llenas de pasarelas con pasos técnicos. Eso sí, siempre con mucha inclinación y perfectamente mantenidas.

Mención aparte merece “tutti frutti”, una línea muy vertical en su parte superior, con un enorme patio con vistas de 360 grados a la famosa marmolada y a las moles dolomíticas. Vistas que son capaces de justificar toda una vida de pedaleo en bici de montaña. Además, en su parte baja, el sendero te mete en un bosque alpino lleno de apoyos y peraltes que harán que la sonrisa de tu cara dure muchas horas después de haber bajado de la bicicleta.

Después de este festival de sensaciones encima de nuestra Yeti nos tocó ir volviendo para España y lo hicimos poniendo rumbo al corazón de los Alpes franceses haciendo una parada en La Grave, muy cerca de Grenoble. La Grave está a los pies del glaciar de la Meije, un capricho de la naturaleza de extrema belleza.

Aquí nos encontramos con una estación de esquí, pero con un concepto muy diferente a lo habitual. Solo hay un cable y no hay pistas marcadas, es una estación “freeride” que también tiene senderos naturales para la bici de nivel muy alto y con una inclinación muy seria. Después de ver diferentes opciones en la pequeña oficina de turismo del pueblo me decidí por “le tour per les lacs” una ruta de unas seis horas de “trail” potente, con una hora de porteo y unos paisajes de quitar el hipo.

Sendas limpias de apenas un palmo a más de 2000 metros de altitud, marmotas y bandadas de cuervos acompañándome, espectaculares lagos de montaña y flujo sin límites en una ruta de alta montaña que termina con un descenso intenso, sinuoso y súper disfrutable con unas increíbles vistas del glaciar. Aquí no hay “track” de GPS así que la navegación es de la vieja escuela, con mapa y una clásica señalética alpina, lo cual le da un punto de aventura a la ruta que me hace disfrutarla aún más.

Después de los descensos tan técnicos de Italia agradezco algo un poco más fluido y puedo decir sin temor a equivocarme que es la mejor vuelta en bici de montaña en solitario que he hecho en los últimos años.

Conducir aquí la SB140 ha sido como dejarse llevar por el flujo de un suave río y sin duda, todo el material funcionando a la perfección también ha contribuido a la inolvidable experiencia que me llevo de estas maravillosas montañas.

Seguimos de vuelta a casa sumando muchos km en el marcador amenizados por charlas familiares. Embargados por la energía de los lugares visitados llegamos a la conclusión de que nos llevará un tiempo digerir tanta belleza. Para acabar nuestro viaje hacemos una última parada en nuestros amados Pirineos, más concretamente en el valle de Pineta, a la sombra del monte Perdido, donde aprovechamos para montar en bici todos juntos en familia y darnos cuenta de la joya que resulta ser el Pirineo que, cuantos más lugares visitamos, menos dudas nos quedan de que son unas de las montañas más bonitas del mundo.

Y después de más de 25 días fuera, ponemos fin al viaje llegando a nuestra casa de Bilbao. Esta ha sido nuestra aventura familiar. Ahora nos toca preparar el viaje de otoño que tenemos cerrado para nuestros clientes de horizontes en heli-bike en los pirineos, abrir la temporada de viajes para 2022 y presentar el próximo curso de formación de guías de bicicleta que daremos a partir de febrero en Bilbao. Pero todo esto son historias que, si os resultan de interés, os narraremos en otra ocasión.

Julián & family.

Horizontes hmtb.

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