En los tiempos que corren en los que sólo se habla de la más alta y avanzada y moderna y increíble y alucinante y novedosa tecnología, los ciclistas de antaño siguen a lo suyo, dando guerra con las armas de siempre y haciendo bueno el dicho, lo que cuenta es el “motor”, sí, en un mundo en el que durante un tiempo todo ha sido I, ahora todo pasará a ser E. Parece un juego de niños, de esos de madera, en el que los bebes avanzados hacen sus primeros descubrimientos de las vocales.

La E de eléctrica, de E-Bike

Es la moda de hoy en día y ya empiezan a crearse grupos de seguidores y detractores, lo mismo de siempre, la misma absurdez. Los ciclistas de antaño, absortos, no saben si reclamar su lugar dentro del zoológico o seguir a lo suyo campando a sus anchas con sus monturas haciendo valer el calificativo de sencillez que en su momento se le otorgó a un artilugio al que llamaron “ciclo”.

Pues si, los ciclistas que montan en las bicicletas de siempre siguen existiendo, haciendo sus ruidos habituales, físicos (jadeos de dolor o placer, gritos de excitación o de locura) o mecánicos (fallos al cambiar o los enganchones de cadena típicos cuando uno no es fino-fino), siguen montando en los caminos de siempre, porque los caminos no se han convertido de la noche a la mañana en I-caminos o en E-caminos, son los de siempre y todos aquellos que quedan por explorar.

Los ciclistas de siempre apuran el último piñón para subir esa rampa infernal en la que nuestro motor empieza a pedir oxígeno suplementario y el radiador parece que va a explotar, si, es cierto que el sufrimiento es mucho y grande y que a algunos les da mucho placer, para otros es un puro trámite para llegar donde quieren llegar, y si, esta claro que las E-Bikes cansan menos, que su “motor” te permite evitarte esas dosis de sufrimiento que los ciclistas de siempre parece que necesitan, como una droga, como un complemento esencial a su manera de vida, se sufre si, pero cuando uno sufre porque quiere el cerebro es capaz de convertir ese sufrimiento en ¿placer?

No estamos seguros que esto sea así pero de lo que si estamos seguros es que todos aquellos que sufren con sus bicicletas tradicionales llegan arriba de las infernales cuestas con una sonrisa, quizás son muy presuntuosos o fantasmillas y es una sonrisa para la foto, nosotros creemos que es una sonrisa del placer que les aporta el sufrimiento, el objetivo conseguido, el afán de superación.

¿Y las bicicletas? Las grandes protagonistas de darnos estos momentos de placer, ¿Qué pasa ahora, que con el lanzamiento de las novedades, ya no sirven? ¿tenemos que desecharlas porque nacieron las E-Bikes? ¿no pueden convivir, coexistir? ¿no sería esto lo más razonable?

Lo más razonable muchas veces se convierte en lo más irracional y viceversa, hasta ahí es hasta donde el marketing consigue llegar y muchas veces asestando golpes sin sentido, lanzando indirectas con gran carga negativa sobre productos o disciplinas que hace sólo unos pocos años habían venerado.

Toda su verborrea al servicio del mercado para crear y crear nuevas disciplinas apoyadas en nuevas nomenclaturas que permitan lanzar el producto al mercado como una gran novedad y conseguir que el usuario la entienda como un verdadero avance y objetivo de cambio futuro, todo ello para poder marcar un precio ¿justificado? Una bicicleta es simplemente una bicicleta.

Las novedades, los avances tecnológicos muchas veces necesarios y bienvenidos a veces convierten al ciclista/usuario en un mono de feria. Es una maravilla ver como ha avanzado el material con el que practicamos nuestro deporte favorito, muchas veces dando tumbos entre novedades absurdas y otras entre adelantos realmente demandados por los usuarios.

Hay que tener la mente abierta y respetar a los ciclistas de todo tipo y condición, aficionados a las ruedas y los pedales que forman parte de este magnífico grupo de personas que siguen moviendo sus piernas dando vueltas a las bielas de un invento tan antiguo como simple en el que cada uno se desempeña como quiere o como puede, en el que lo que importa es el disfrute, sea a lomos de una bicicleta tradicional o de una E-Bike, de una reclinada o de un trike, de una de paseo o de una BMX, es igual, da igual, porque lo que realmente cuenta es el “motor” y lo que nos mueve es con mayor o menor tecnología, la pasión que sentimos por este deporte.

Todas las bicicletas sirven, todas las bicicletas tienen algo que aportarte. Las bicicletas fueron para la mayoría de nosotros el primer regalo de los que “molaba” que tuvimos en nuestras vidas, y nos convirtieron en ciclistas y quedamos, marcados para siempre.